Las áreas de Pastoral de nuestros colegios y escuelas coinciden en que durante la pandemia han debido replantearse, llevando adelante nuevas experiencias y actividades que se puedan realizar a distancia. El caso del Colegio San Ignacio Alonso Ovalle no dista de esta realidad y es así como además de volcar al mundo virtual las catequesis de Confirmación, Primera Comunión, misas y otros pusieron en marcha en modalidad online un proyecto que vienen desarrollando desde el año pasado.
Se trata de un voluntariado que realizan estudiantes desde II° a IV° Medio para acompañar a adultos en su proceso de su nivelación de estudios, iniciativa que surgió desde varias instituciones, como Santander, SENAMA y P. Universidad Católica, considerando que en nuestro país 4 millones 910 mil 889 personas que no han terminado IV° Medio.
Así, a través de una plataforma virtual (www.graduate.cl) se dictan clases a quienes se inscriben para exámenes libres o con fines laborales de forma totalmente virtual. Esto fue posible, además, gracias a que hubo un convenio con empresas y municipios que donaron computadores a quienes lo requerían.
«En el colegio contamos con voluntarios que hemos ‘reclutado’ a través de diversas vías de promoción. Ahora, por ejemplo, entramos a los consejos de curso en Classroom. A cada uno de ellos se le asigna uno o dos adultos y estos estudiantes están encargados contactarlos, generalmente, una vez a la semana vía e-mail o teléfono para motivarlos a que ingresen a la página, ayudarles con temas tecnológicos y en algunos casos con materias. Su misión es acompañar. Ya contamos con inscritos y lanzaremos el programa este lunes», explica Álvaro Briceño, pastoralista del Cuarto Ciclo del Colegio San Ignacio.
A su juicio, este voluntariado es una forma concreta, rápida y sencilla de ayudar, ya que los estudiantes necesitaban una experiencia apostólica que es parte de la formación fundamental. «El tema social siempre les llama mucho la atención, en este caso también por lo creativo de la idea. Están muy motivados e interesados, ya que tienen la necesidad de conectarse con lo social. Son chicos muy conscientes, y a muchos les ha pasado que se sienten, ahora, atados de manos. Esta es una muy buena instancia para canalizar esa inquietud», cuenta Álvaro.
Así lo refleja Julián Cáceres, voluntario de III° Medio, quien señala que su motivación para participar en la experiencia es poder escuchar la historias de todos los adulto que por distintos motivos no pudieron terminar sus estudios. «Me interesa conocer el origen de su motivación y de sus ganas de volver a completar sus estudios, compartir con ellos sus experiencias y las mías para, de alguna forma, invitarlos a que sigan adelante. Tengo altas expectativas y creo que de este proceso se pueden sacar hartas reflexiones de conciencia sobre lo que sucede de la educación en Chile», asegura.
Finalmente, Álvaro subraya la importancia de este programa en el ámbito económico. «Está demostrado que una vez terminada la Enseñanza Media, los ingresos aumentan en un 30%. Por lo tanto, también nos da una enorme satisfacción saber que estamos aportando en ese sentido, sobre todo, en estos tiempos difíciles», concluye.
