Adiós querido Pepe Aldunate

30 Sep, 2019 | Noticias

El día sábado 28 de septiembre, a los 102 años de edad, partió al encuentro con el Señor, José Aldunate SJ.

 “Quisiera morir como pobre, así como he tratado de vivir sin lograrlo de veras. No en una clínica sino donde le pueda tocar a un pobre: en la calle, en un hospital público en el Hogar de Cristo o simplemente “en casa”, sin mayores gastos, donde mueren tantos pobres”, narraba en sus memorias el padre José Aldunate Lyon.  Y el día 28 de septiembre, a los 102 años falleció en la Residencia San Ignacio.

A los 16 años ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús y se ordenó sacerdote de la Compañía de Jesús el 23 de diciembre de 1946: “El sacerdocio lo recibí como un don que la Compañía –o Cristo me daba para servir mejor. Me capacitaba para un mayor servicio… No tuve inquietudes o dudas sobre mi vocación o capacidad para ser sacerdote. Todo esto estaba confiado a la Compañía”.

En 1951 comenzó a trabajar con el Padre Alberto Hurtado en la Acción Sindical Chilena, ASICH. Posteriormente, en mayo de 1954 fue nombrado director de la Revista Mensaje. Pero fue en 1973 que decidió iniciar el camino de sacerdote obrero junto a la defensa de los derechos humanos, lo que le valió el reconocimiento público que lo hizo merecedor del Premio Nacional de los Derechos Humanos 2016.

“El llamado era a comprometerme solidariamente con la situación del pobre y explotado. Y esto definitivamente mientras hubiera pobres en Chile. Y no un compromiso desde afuera sino uno que partiera de cierta identificación con el pobre, asumiendo su vida, sus intereses, su visión del mundo. Era un llamado a una conversión existencial. Y a ese llamado dije sí”, escribió en sus memorias.

El día sábado fue velado en el templo San Ignacio hasta las 21:00 horas. Sus funerales se realizaron hoy lunes 30 de septiembre, a las 11:00 horas en la Iglesia San Ignacio. Previo, el domingo 29 se realizó un homenaje popular en el Museo de la Memoria.

En sus memorias cuenta que en una entrevista le preguntaron qué epitafio desearía que pusieran en su tumba y esto respondió:

“Hizo lo que pudo”

“Le fue más o menos”

“Que descanse en paz”.

Fuente: Jesuitas Chile