La nueva Escuela de Educadores y Directivos de la Red Educacional Ignaciana organizó su Programa de Inducción 2022 en dos instancias que convocaron a cerca de 250 educadores/as nuevos de los colegios y escuelas REI.
De esta manera, en el Colegio San Ignacio Alonso Ovalle, el jueves 07 de abril se vivió la experiencia de manera presencial para educadores/as de las regiones Metropolitana y de Valparaíso. Asimismo, el martes 12 de abril se realizó una segunda versión, en modalidad virtual, para los educadores/as de los colegios de Antofagasta, Concepción, Osorno y Puerto Montt.
El objetivo de esta inducción fue acoger y acompañar a quienes se incorporan a nuestros colegios y escuelas, compartiendo la identidad y misión, entre otros, así como también reconocernos como un cuerpo y miembros de una misma red apostólica educacional.
“Frente a las distintas temáticas y tensiones en el contexto actual, la formación ignaciana es capaz de hacerse preguntas, de mirar la realidad, de adoptar un modo de proceder coherente y fraterno. Tener una mirada esperanzadora y constructiva hacia nuestros estudiantes y compañeros/as de trabajo no es algo trivial. Somos ignacianos/as no porque vestimos un determinado polerón o insignia, sino por nuestra forma de entender y actuar en el mundo”, afirmó Denise Ramírez, directora de la Escuela de Educadores, en sus palabras de apertura.
Más tarde, el padre Cristian Rodríguez S.J., se refirió a la vida de Ignacio, al origen de los colegios jesuitas y al sello de la educación ignaciana, destacando características como la calidad, las comunidades educativas, una sociedad justa y fraterna, entre otros. “Nosotros, desde la educación jesuita, tenemos un modo de mirar la realidad que unifica e integra estas características. Esta es una mirada cristiana de la creación y de la persona que, en la experiencia de San Ignacio, nace de un fundamento esencial que es que somos hijos e hijas amados por Dios”, añadió.
Por su parte, el padre Eduardo Ponce S.J. se refirió a los desafíos para la misión de un educador/a ignaciano, abordando el discernimiento – definiéndolo como un instrumento para saber qué es lo que cada uno debe hacer según a voluntad de Dios en su vida -, y la colaboración. “Nosotros no podemos ser personas ni podemos alcanzar las metas que nos proponemos si no colaboramos; cuando colaboramos respondemos a la imagen de Dios que hay en nosotros; somos más ‘persona’ y podemos alcanzar aquello que nos proponemos y que es obediencia al plan de Dios”, dijo.
Apuntó, además, a la pertenencia a la red. “La comunión con la espiritualidad es una decisión personal. Ustedes pueden quedarse en la galería, mirando desde lo alto, en un balcón, o en el escenario y vivir lo que ustedes quieren y creer que debe ser comunicado y entregado”, dijo.
Finalmente, hubo un espacio de oración y reflexión personal sobre lo vivido en la jornada, guiado por Susane Karow, de la Escuela de Educadores y Directivos.
Agradecemos a todos los educadores que participaron en esta jornada y les damos, a cada uno/a, la más cordial de las bienvenidas.