Una campaña dirigida a toda su comunidad que busca captar socios para TECHO es la que promueve por estos días el Colegio San Mateo de Osorno. La meta: conseguir 100 nuevos adherentes para obtener recursos que irán en ayuda de quienes más lo necesitan.
Pero ¿dónde irán dirigidos estos recursos? La idea es que con el aporte de los nuevos 100 socios se podrá construir una vivienda transitoria, o 15 luminarias públicas, o 3 torres de agua para familias de algún campamento que requieran de estas soluciones de manera urgente, dependiendo de sus necesidades. Esta cruzada dura tres semanas, finalizando el 04 de septiembre, y ya están muy prontos a llegar a cumplir el objetivo.
Andrea López, Coordinadora de Pastoral del IIIer Ciclo, explica que desde TECHO los contactaron hace un mes para partir con la campaña y lo interesante de ella es que los recursos conseguidos se utilizarán en la misma ciudad. «Hoy TECHO trabaja en tres campamentos en Osorno y nosotros ya intervenimos en dos, por lo tanto, los conocemos. Por eso, también quisimos convocar a toda la comunidad escolar, a través de una reunión masiva de lanzamiento con distintos actores como el Centro de Padres, de Alumnos, representantes de cada sindicato, de los movimientos apostólicos y otros estamentos que demostraron muy buena disposición», indica.
Pero eso no es todo, porque una vez que el desconfinamiento se los permita, serán los mismos miembros de la comunidad escolar que se organizarán para construir la vivienda, las luminarias o las torres de agua, con lo que «la pega se hará en terreno», según las palabras de Andrea. «Como colegio siempre hemos estado enfocados en ayudar a la comunidad, generando un círculo virtuoso. Tenemos un plan súper fuerte en el social, y si bien estamos colaborando con cosas materiales, son muy necesarias especialmente en este tiempo. Eso genera formación en nuestros estudiantes, porque los pone en contacto con otras realidades, como la de su propia ciudad», añade.
La docente destaca que, en el contexto actual, a pesar de la adversidad y la distancia, el colegio ha demostrado que sigue siendo una comunidad en el sentido en que se propusieron una meta en común para salir a ayudar a las familias, volviendo a los principios primarios de las obras de la Compañía de Jesús. «La pandemia nos ha vuelto a mostrar que no podemos vivir solos y que para ayudar se necesita a la comunidad. A pesar de que muchas familias están pasando necesidades, de todas formas, son capaces de mirar más allá. Ese es el espíritu que el colegio siempre ha tenido y vuelve a quedar de manifiesto», finaliza.