A comienzos del año escolar 2023, se dio inicio al Programa de Formación de Profesores Jefes – organizado por nuestra Escuela de Educadores y Directivos – con cinco jornadas realizadas de forma presencial en los colegios San Luis de Antofagasta, San Ignacio Alonso Ovalle, San Francisco Javier de Puerto Montt, San Ignacio El Bosque y San Ignacio Concepción.
A estos encuentros asistieron profesores jefes de los 16 colegios y escuelas de la Red Educacional Ignaciana.
El objetivo central del Programa es fortalecer el rol del/la profesor/a jefe, mediante la capacitación en claves ignacianas para liderar, en herramientas de gestión y en el desarrollo de competencias socio-emocionales.
Durante abril – y hasta octubre – los profesores jefes se encuentran participando en dos sesiones al mes. Una de ellas, impartida de manera presencial en cada colegio/escuela; y la segunda se trata de una Comunidad de Aprendizaje en modo virtual, que anima la reflexión de profesores de un mismo ciclo, pero de distintos colegios. En total, son 72 comunidades al mes que abarcan los 506 profesores jefes en formación.
La disposición de los educadores y educadoras ha sido fundamental para adaptar sus tiempos y participar en las Comunidades de Aprendizaje, pues la carrera docente no siempre destina espacios para la reflexión pedagógica y esto es importantísimo, pues a través del compartir distintas experiencias, no solo se razonan desafíos comunes, sino que además se experimenta el compañerismo, el ser parte de una misma red.
Denise Ramírez, Directora de la Escuela de Educadores y Directivos, señala que no es fácil hacer un alto en medio de todo el quehacer de un profesor/a jefe. «A veces, algunos de ellos podrán pensar cuánto, concretamente hablando, podrá servirles de todo este Programa, sin embargo, estoy convencida de que la espiritualidad ignaciana nos da herramientas concretas para el crecimiento personal y el trabajo con los demás. No se puede dar lo que no se tiene y, en este sentido, hacerse consciente de lo importante del conocimiento de sí mismo, por ejemplo, o del impacto que tiene nuestra actitud ante la vida, para nuestros estudiantes…son aspectos que se pueden desarrollar, o profundizar», comenta.
Por otra parte, asevera que no basta con la vocación. «Hay muchísimos profesores y profesoras que trabajan en contextos muy adversos, difíciles, desgastantes, y no tengo ni una duda del amor y el esfuerzo que ponen en su tarea, pero por lo mismo, es necesario invertir tiempo en sus propias vidas. Siempre hay algo que se puede aprender y sin aspavientos, al contrario, con gran sencillez, pero muy conscientes de nuestra misión. Creemos que en algo podemos aportar”, finaliza.