Para mediados de diciembre se espera que esté publicado el nuevo Ideario Educativo del Área de Educación Escolar de la Compañía de Jesús. Ad portas de ese hecho, Germán Villarroel, quien ha llevado la coordinación de todo el proceso, entrega las claves del mismo, destacando los principales hitos y entregando una visión de lo que este trabajo ha implicado para las comunidades educativas.
– ¿Cómo se puede contextualizar el desarrollo de este nuevo Ideario Educativo?
El Ideario es un documento que ha sido fruto de un proceso participativo y que tiene múltiples implicancias. Reconocemos en él un sentido histórico profundo, porque es un documento que se viene a sumar a otros anteriores, que han sido claves para el trabajo escolar en la Provincia: el Proyecto Educativo de los Colegios de la Compañía de Jesús del 1979, el Proyecto Educativo de los Colegios y Escuelas Jesuitas de Chile del 1994 y el Proyecto Educativo la REI del 2009. Es un cuarto documento, sumado a esta serie, que inspira un trabajo articulado de la educación escolar en la Provincia Chilena. En esta línea, va a marcar la pauta de nuestra propuesta educativa renovada, desarrollando una visión ignaciana en aquellos temas que contempla, constituyendo así el documento más relevante de la última década.
– Visualizando los meses de trabajo transcurridos ¿Qué apreciación tienes del desarrollo del proceso?
Primero, un sentimiento de agradecimiento que se expresa en muchas voces y participantes, y eso tiene que ver, en general, con que los educadores y los agentes del trabajo escolar han experimentado el proceso como un trabajo muy colectivo. Lo hemos visto en la amplia participación de las comunidades y también en el entusiasmo de quienes han acompañado y conducido el proceso en los contextos locales. La sensación es que es un trabajo conjunto que recoge la tradición educativa centenaria educativa de la Compañía y también la experiencia situada y acumulada de educadores y educadoras. Allí se ha producido una reflexión y deliberación de la actualidad de lo que estamos ofreciendo en el mundo escolar. En segundo lugar, experimentamos la confirmación del proceso, pues distintos actores nos han transmitido la alegría de incorporar voces que usualmente no se incluyen y, también, la satisfacción de que ha sido un proceso serio, sistemático y planificado. Se confirma que las elecciones y rectificaciones que hemos realizado en el camino han sido bien acogidas y orientadas.
– ¿Cómo has visto la disposición de los distintos equipos y comunidades educativas al participar de este proceso?
Ha habido una participación amplia y un ánimo de agradecimiento por sentirse convocados al proceso. Se agradece que las reflexiones y deliberaciones vayan teniendo implicancias sobre el conjunto de instituciones ligadas al Área de Educación Escolar, incluyendo las perspectivas que surgen desde realidades locales y específicas. Transversalmente, se ha sentido mucho entusiasmo en sumarse a una discusión que tiene que ver, además, con un clima país donde como ciudadanos queremos pensar en conjunto sobre los puntos centrales y críticos en los que anhelamos avanzar. El ánimo ha tenido que ver con las temáticas abordadas – como la inclusión en términos amplios (cultural, socioeconómica, educativa, de género, entre otras), la identidad ignaciana católica, la calidad educativa, los ambientes sanos, saludables y seguros, la ciudadanía global, la ecología integral, las familias, educadores, entre otros. Allí las personas han visto una oportunidad de participación en una reflexión con un sello identitario que quiere ser actual y mirar al futuro.
– Además del ideario mismo. ¿Qué otros frutos crees que ha traído este trabajo a los colegios, escuelas de la red y a todos quienes han sido parte de él?
Ha permitido desarrollar un sentido de cuerpo, de pertenencia e identitario, al participar de una misión común que no tiene que ver solo con el rol que le corresponde a cada uno en su práctica cotidiana, sino que, desde ese lugar específico, se suma a un grupo amplio que está pensando educación transformadora para niños niñas y jóvenes. Desplegar eso con libertad ha valido la pena. Además, ha permitido a las personas que son más nuevas introducir un lenguaje que permita ir apropiándose de lo ignaciano y su propuesta educativa. Con ello, se abre el apetito para continuar las conversaciones en estas temáticas, que cada territorio va a ir deliberando y discerniendo en el desarrollo de sus propios Proyectos Educativos, a la luz de las orientaciones del Ideario.
– ¿En qué etapa del desarrollo del Ideario se está hoy y qué se viene para los próximos meses?
Estamos en una fase de redactar los últimos detalles y de validarlo con las personas que han estado trabajando más directamente en el proceso, incluyendo comisiones de trabajo y Equipos Directivos. Será un texto relativamente breve que contendrá en su núcleo las afirmaciones ignacianas actualizadas en torno a temas cruciales. Esperamos a principios de diciembre contar con la visión definitiva para poder diagramarlo y comenzar a difundirlo la segunda mitad de diciembre.