En la Escuela San Ignacio de Calera de Tango están contentos y entusiasmados. A contar del lunes 26 de octubre, sus estudiantes comenzaron el retorno presencial a sus dependencias bajo estrictas medidas de seguridad. De esta manera, es el primer colegio de Fe y Alegría Chile que se suma al regreso a las aulas físicas.
Su director, Miguel Almendras, señala que este reintegro es «es una alegría enorme, porque estamos respondiendo a la esencia de lo que es la escuela. Recibir a los niños en las aulas es un desafío y una tremenda responsabilidad, porque la comunidad entera deposita toda su confianza en nosotros», comenta. Asimismo, agradece a los educadores, porque «sin ellos este regreso no sería posible».
En la escuela desarrollaron un plan de regreso paulatino de Kínder a 8° Básico, donde asisten a clases dos cursos por día con un aforo máximo de 100 personas, y con transmisión en directo de las clases vía Zoom. De manera progresiva, se han comenzado a sumar más estudiantes a medida que van pasando las semanas, ya que, a juicio del Director, de a poco han ido perdiendo el temor. «Sentimos gran satisfacción de que la escuela termine con el silencio de las aulas, de sus patios y pasillos, porque sin dudas una clase presencial es irreemplazable, no solo por los aprendizajes, sino que por el estado emocional de los niños, quienes pueden empezar a hacer una vida normal», añade.
Miguel Almendras explica que cuando cumplan 15 días realizarán una evaluación para analizar si aumentan la periodicidad de las los días de clases en 8° Básico y también en otros cursos. Esto, según relata, se lo han solicitado algunos apoderados. «Tenemos la fortuna de contar con cinco patios inmensos y mucho espacio y por eso yo hago la comparación de que tenemos un trasatlántico con la tripulación de un bote, teniendo así todas las posibilidades para hacer el distanciamiento necesario, pero, de todos modos, estamos viendo cómo va pasando este momento», finaliza.
